Se siente una leve briza,
Lagrimas de fuego caen del exterior,
Poderosos rayos que todo han de quemar,
Suspiros agonizantes que congelan toda presencia.
No miréis hacia atrás,
Si es que morir no quieres de verdad,
Aférrate a tu alma y a tu vida con demencia,
A tu mísera y estúpida existencia.
Se abre el cielo y el averno,
Llorar no sana ni alivia,
Aquellos años impuros,
Agobiados de malicia.
Es la hora,
Calla y escucha,
¿Es tu nombre aquel que cantan,
Que silban estos cuatro jinetes sin parar?
Despedirte debes, que es hora de pagar,
Con tu cabeza en bandeja de plata,
Os van a llevar,
Ante el poderoso ángel caído de la oscuridad.
Escrito por Luaviah (Javier Arias) http://les-mondes-luaviah.blogspot.com
"...Mientras jugaba a creer tener el control del universo..."
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